Entrevista equipo ROSCLAR | David Rodríguez

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David Rodríguez

“Nuestra misión no puede ser otra que mejorar la calidad de nuestro servicio hasta la máxima expresión”

Estuvo a punto de entrar en una de las Big Four pero su instinto le hizo decidirse por Rosclar. Y no se equivocaba. A lo largo de todos estos años David Rodríguez ha crecido a nivel personal y laboral.

Tímido, se “aventura” a describirse como “honesto, comprometido y afable”. Y cuando se le pregunta por su paso por los diferentes departamentos de la empresa solo tiene palabras de agradecimiento para con sus compañeros como Dolors Segura y Ester Sánchez.

Hace casi 8 años llegaste a Rosclar y aterrizaste en el departamento de Seguridad Social y al cabo de unos años te convertiste en uno de los líderes del equipo. En qué consiste el trabajo que hacéis (hacíais) en ese departamento?

El Departamento de Seguridad Social se encarga de la gestión integral de cualquier trámite relacionado con la Seguridad Social tanto a nivel de empresa (obtención de CCC, registro de centros de trabajo, ERTE’s, gestión de deudas, jubilaciones…) como a nivel de empleado (altas, bajas, cambios, partes médicos…). Adicionalmente cualquier tema relacionado con el SEPE también está dentro de las competencias del departamento.

Sólo para haceros una idea de nuestro crecimiento, cuando llegué en 2013 éramos únicamente 2 personas (mi compañero Carlos Orden y yo) y en el momento de salir del departamento ya éramos 7 personas. Tengo muy buenos recuerdos de toda mi etapa allí, con unos compañeros que jamás olvidaré.

También has sido jefe en el departamento de Implementación y jefe de equipo de Incubadora. Puedes explicar también lo que se hace en esos departamentos?

En septiembre de 2018 fui promocionado a Implementación donde se trabaja en la bienvenida a los clientes a Rosclar. Esta bienvenida consiste en realizar una recopilación de datos de la empresa y sus trabajadores y se trabaja en la introducción y adaptación de toda la información en nuestros sistemas para poder preparar el test run y estar listos para el Go Live acordado.

Durante los tres primeros meses de gestión a partir del Go Live, el proceso de nómina también se gestiona desde el departamento de Implementación para acabar de cerrar los posibles flecos que puedan haber quedado pendiente y formalizar los criterios establecidos.

En enero 2020 pasé a liderar del departamento de Incubadora con Arantxa Lucas. Este departamento trata de acabar de adaptar los procesos de nómina y gestión del input/ouput de los clientes que vienen de Implementación hasta los 12 meses. De ese modo, tanto el cliente como el equipo de Rosclar consiguen acoplarse a la perfección y la calidad del servicio es impecable.  

Actualmente estás dando apoyo al equipo de Seguridad Social con los proyectos CheckOut y FIE, ¿nos puedes explicar en qué consisten?

A día de hoy son los grandes proyectos en los que estoy trabajando. El fichero FIE es un archivo que la Seguridad Social nos envía a diario con todas las bajas médicas de cualquier empleado de nuestros clientes. La herramienta que estamos desarrollando analiza la información y la contrasta contra nuestra base de datos. Con la información que no teníamos o con la que encontramos ciertas discrepancias, generamos un fichero para que los técnicos de nómina puedan implementarla en la nómina -ahora ya sí- con la información actualizada diariamente.

El otro gran proyecto, CheckOut es una herramienta que realiza una auditoría de los cálculos realizados, así como la comparación con la base de datos de la Seguridad Social para que la información que vaya en el output tenga la mayor calidad posible. 

Y tu día a día, ¿cómo es?

A día de hoy centro todos mis esfuerzos en mejorar ambas herramientas y facilitar el trabajo a mis compañeros. Son dos herramientas muy potentes que aseguran una calidad de servicio muy elevada y con la tecnología de la que dispone Rosclar podemos conseguirlo. Nuestra misión no puede ser otra que mejorar la calidad de nuestro servicio hasta la máxima expresión y vamos por el buen camino.

Si pudieras retroceder en el tiempo, qué le dirías al David que entró por primera vez por Rosclar?

En octubre 2013, cuando recibí la oferta para incorporarme en Rosclar, tenía también una oferta de una Big Four. Tras pensarlo mucho, me decanté por Rosclar y tras estos 8 años le diría a David que no se ha equivocado. Rosclar es una gran familia, con unos grandes profesionales y aunque suene a tópico, un grupo humano sensacional y rodeado de todos ellos, somos capaces de cualquier cosa.

¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?

El poder ayudar a todos mis compañeros a que su trabajo sea un poco más fácil. Es un proyecto donde se debe trabajar de una manera muy constante y dura pero la recompensa está siendo gratificante. El escuchar un “gracias” de cualquier compañero, ¡no tiene precio!

¿Qué lección has aprendido a nivel laboral con la pandemia?

La pandemia provocada por el virus Sars-Cov-2 para una empresa como Rosclar ha sido un auténtico reto. El no poder compartir oficina con todos tus compañeros y estar 3 meses en casa luchando día a día con la gestión de los ERTE ha sido realmente duro.

La gestión de las autoridades ha dejado que desear con leyes poco claras y concisas y con unos sistemas no preparados. El sentimiento de impotencia ha sido tremendo, ya que en primera instancia no se ha podido dar el servicio que hubiéramos querido.

Sin embargo, me quedo con el gran trabajo realizado por todos los equipos que componen Rosclar, que nos hemos sobrepuesto a todo y seguimos más fuertes que nunca.

Puedes destacar tres momentos que te hayan “marcado” estos años en Rosclar?

El primero sería la adaptación al nuevo sistema de cotización de la Seguridad Social “Siltra”: En febrero 2016 Rosclar quedó integrado dentro del nuevo sistema de liquidaciones de cuotas de la Seguridad Social y fue un cambio de 360º en el proceso de trabajo. Fue un auténtico reto pero con el trabajo de todo el equipo, se consiguieron los objetivos establecidos.

Otro momento digno a recordar es la gestión de los ERTE durante la pandemia. Fue un proceso muy duro. Sin duda, ante todas las adversidades que se plantearon, me quedo con la fuerza que hizo todo el equipo para afrontar la situación y salir adelante. Puede que este haya sido el momento que más me ha marcado pero estoy muy satisfecho con la respuesta de todos y cada uno de mis compañeros.

Y finalmente, no todo iba a ser trabajo… Me gustaría quedarme con las distintas amistades que he hecho dentro de la empresa. Han dejado de ser compañeros a poder llamarles amigos. Para todos ellos, ¡millones de gracias por todo!

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