Pocos documentos son tan importantes como una nómina. De hecho, como trabajador asalariado es el reconocimiento del trabajo realizado en la empresa y donde queda constancia de tu valor (económico). Sin embargo, una nómina no es solo un papel impreso con tu salario. En ella se reflejan muchos más conceptos que tanto trabajador como empresario deben conocer ya que a veces cuestan de entender.
Un poco de historia
A lo largo de los años, el dinero ha ido evolucionando. Cuando apareció el comercio, el trueque, es decir, cambiar una cosa por otra, era la forma más extendida de pago. Tabaco, conchas, oro, monedas.., y ahora criptomonedas. Existen muchas formas de pago, ya sea para comprar bienes como para retribuir un trabajo realizado.
Durante el Imperio Romano, a los soldados y funcionarios públicos se les pagaba con paquetes de sal, un producto muy valioso y apreciado. La sal servía para sazonar, evitar la deshidratación, conservar los alimentos, como antiséptico y para detener las hemorragias. Esos paquetes de sal recibidos y que se usaban como moneda de cambio recibían el nombre de salarium, que derivó en la palabra salario tal y como la entendemos hoy.
¿Sin embargo, el salario es lo mismo que la nómina?
Diferencia entre salario y nómina.
Aunque salario y nómina salarial muchas veces se usan como sinónimos, no son lo mismo. En la nómina se refleja el salario del trabajador y muchos más conceptos como bonificaciones, deducciones, etc…
¿Qué es una nómina en España?
Una nómina es el documento oficial en el que se refleja la cantidad, bien en dinero, bien en especie que un trabajador percibe como remuneración por sus servicios a la empresa en la que está contratado. Dicho de otra manera, es el valor que percibe a final de mes por su trabajo realizado.
Pero es que además la nómina también incluye el pago a cuenta del IRPF (Impuesto de la Renta sobre las Personas Físicas) y las retenciones pagadas a la Seguridad Social.
Aunque en España lo normal es recibir la nómina a final de mes, también es posible recibirla una vez al trimestre, por horas o de manera semanal/quincenal.
¿Cuáles son los datos que debe contener una nómina?
Las partes básicas de una nómina son los siguientes:
• Datos identificativos de la empresa, el primer elemento del encabezado.
• También en el encabezado encontramos los datos relativos al trabajador que cobra dicha nómina
• La fecha en la que se emite la nómina; es decir, el período de liquidación
• Los devengos o retribuciones
• En el caso de tener cabida, deducciones.
• El líquido a percibir, es decir, la cantidad que el trabajador cobra.
• Bloques de sellos y firmas
Datos de la empresa
Es el encabezado de la nómina y en él se encuentran los datos referentes a la empresa.
• El nombre de la empresa o razón social
• El domicilio social, es decir, la dirección de la empresa
• El CIF (número identificativo a efectos finales)
• El código de cotización de la seguridad social
Datos del trabajador
Acto seguido, en la nómina se encuentra el apartado con todos los datos del trabajador o trabajadora
• Nombre completo del trabajador
• DNI o número NIE
• La antigüedad en la empresa
• Su número de la seguridad social
• La categoría o grupo profesional
• El código referente al tipo de contrato existente
Devengos o Retribuciones
En este apartado hay que desglosar cada uno de los conceptos por los que el trabajador cobra. Eso son los devengos. Aquí es donde se deja constancia de la jornada laboral del trabajador, horas extra, dietas…
La suma de todas las retribuciones (dinerarias o en especie) es lo que se conoce como salario bruto.
En los devengos o retribuciones pueden ser de dos tipos:
Retribuciones salariales
Es decir el salario. Este, en sus importes mínimos, se fija por los convenios colectivos y el puesto que ocupa el trabajador en la empresa. Aunque lo normal es que el salario se acuerde en el contrato de trabajo. Hay que tener en cuenta que las retribuciones salariales cotizan en la Seguridad Social.
Además, existen otros complementos salariales que hacen que aumente el salario. Estos pluses que percibe el trabajador pueden ser:
• De carácter personal: se tiene en cuenta la experiencia, la antigüedad, formación, el cargo… todo aquello que depende de tus condiciones personales
• Por el tipo de puesto de trabajo: Son las retribuciones que tienen en cuenta la singularidad de tu puesto de trabajo como la peligrosidad, toxicidad, nocturnidad o el de turnos…
• Primas de productividad: Te abonan en función de la cantidad o calidad del trabajo realizado
• Horas extras: Son las retribuciones salariales que corresponden a las horas trabajadas más allá de tu horario laboral marcado por contrato.
• Gratificaciones extraordinarias: Son las famosas pagas extras. Y es que los trabajadores tienen derecho a dos pagas extraordinarias al año, una de ellas con ocasión de las fiestas de Navidad y la otra en el mes que se fije por convenio colectivo (suele ser en julio). Si están prorrateadas, es decir, tienes 12 pagas en lugar de 14 y mes a mes te pagan la parte correspondiente al total de esas dos pagas, aparecerá en este apartado.
• Salario en especie: es la percepción no monetaria que recibes en forma de bienes o servicios y que forma parte de tu salario. Es el caso de la utilización de un coche de empresa, de la contratación de un seguro o de vales restaurante, entre otros.
Retribuciones no salariales
Este tipo de retribuciones no cotizan en la Seguridad Social ni se pueden deducir en el IRPF. Suelen ser bienes y/o servicios como prestaciones, indemnizaciones o suplidos y pueden representar un máximo de un 30% del total de la nómina. Estas son algunas de ellas:
• Dietas: Es una retribución no salarial donde se incluyen gastos de manutención y alojamiento. Sin embargo, solo una parte de los mismos está exenta de cotización a la Seguridad Social, pero no toda. El importe máximo excluido de cotización es el previsto en la Ley y el Reglamento del IRPF. Está fijado, si se producen en España, en 26,67 €/día sin pernocta, y 53,34 €/día con pernocta. Si se producen en el extranjero, en 48,08 €/día sin pernocta, y 91,35 €/día con pernocta.
• Indemnizaciones y suplidos: los suplidos son los gastos que el trabajador ha tenido que adelantar en el desarrollo de su actividad laboral. Las indemnizaciones, por su parte, no son cantidades que el trabajador haya tenido que adelantar sino reparaciones por algún perjuicio económico que el trabajador haya soportado en su actividad para la empresa.
• Plus de transporte: Compensa los gastos de desplazamiento desde el domicilio del trabajador al lugar de trabajo.
• Gastos de locomoción: son los gastos a causa del desplazamiento que realizas desde tu centro de trabajo a otro para el desarrollo de tu actividad. Si se usa, transporte público, el trabajador estará exento de cotizar a la Seguridad Social el total justificado con la factura, pero en caso de utilización de vehículo propio, solo estará exenta la cuantía que no exceda de 0,19 €/km. Por lo tanto, cotizará y tributará el pago que supere esos 0,19 €/km.
• Gastos de material, etc.
• Prestaciones e indemnizaciones de la Seguridad Social: son retribuciones que el trabajador percibe cuando está en situación de incapacidad temporal o desempleo parcial. No tributan ni cotizan.
• Indemnizaciones por traslados, suspensiones o despidos: también están exentas de cotizar a la Seguridad Social y de retenciones para el IRPF.
Deducciones
Las deducciones son lo contrario a los devengos. Es decir, son los conceptos que se restan del salario bruto. Y como resultado se obtiene el salario neto que es la cantidad que realmente percibe el trabajador.
Pueden ser, básicamente, de dos tipos:
Las retenciones por IRPF
Son el porcentaje del Impuesto sobre la renta que la empresa retiene al trabajador y adelanta en relación al pago anual requerido. El IRPF es un impuesto progresivo, así que no se retiene el mismo porcentaje a todos los trabajadores, la cantidad varía según el puesto de trabajo específico; de su nivel de ingresos y de diferentes datos demográficos como su estado civil o edad. El mínimo de retención es un 2% y se puede ajustar. La media en España ronda el 15% de retención del IRPF.
Las aportaciones a la seguridad social
Son la parte del salario que se retiene para destinarse a la seguridad social para garantizar que, si en un futuro se necesita dicho dinero por posibles eventualidad, éste exista. Como ejemplo serían las prestaciones por desempleo, bajas por maternidad/paternidad, baja médica, formación, etc.
Para calcular este tipo de deducciones el gobierno establece cada año unos mínimos y máximos según el tipo de cotización.
Una vez restadas todas las deducciones se obtiene, ahora sí, el salario neto.
Para calcular la aportación mínima a la seguridad social hay que separar los porcentajes según el concepto:
• Las contingencias comunes, equivalentes a un 4,7% del salario, en las que no se tienen en cuenta las horas extra.
• Las deducciones por paro o desempleo, que equivalen a un 1,55% en los contratos generales.
• La formación profesional es de un 0,10%.
• Únicamente se tendrán en cuenta aquí las horas extras de fuerza no mayor, con un porcentaje del 4,7%.
Líquido a percibir
El líquido a percibir es el salario neto, el que realmente va a llegar a tu bolsillo. Se calcula restando del total devengado la cantidad que hay que deducir.
Bloque de sellos y firmas
En la parte de debajo de la nómina tiene que aparecer también un bloque en el que la empresa, es decir, el pagador, incluya su firma y/o sello. Tiene que venir acompañado por la fecha de entrega de la nómina y un espacio para el llamado ‘recibí’, donde el trabajador tiene que firmar y poner la fecha en la que lo ha recibido (en caso de que la empresa se quede con una copia). De manera opcional, puede aparecer también el número de cuenta en el que se hace el ingreso.
Delegar, la manera más sencilla de realizar una nómina
Aunque ahora ya sabes cómo entender una nómina y todas las partes que deben estar reflejadas, calcular una nómina y equivocarte puede desencadenar situaciones no deseables. Y es que es un tema muy sensible y el más mínimo error puede desembocar en asuntos legales.
La mejor opción es delegar la elaboración de las nóminas a profesionales como Rosclar, donde nuestra experiencia, profesionalidad y personalización te ahorrará más de un dolor de cabeza. En Rosclar te ayudamos los activos más valiosos de tu empresa, tus empleados.